Esos 41 disparos de los que nos habla el título de esta canción estallaron la mañana del 4 febrero de 1999, y una buena parte de ellos fueron a parar al cuerpo de Amadou Diallo, un inmigrante africano de 23 años que, delante de cuatro policías, fue a sacar la documentación del bolsillo con un movimiento que ellos interpretaron como el de sacar un arma.
Durante la interpretación de «American skin», Springsteen sube la tensión dramática repitiendo una y otra vez «41 shots». Y siempre que la canta en directo, pide silencio al público. El jefe de policía de Nueva York y el alcalde, Rudolph Giuliani, atacaron duramente al «boss» por esta canción.
En mayo de 1965, The Rolling Stones dieron su primer concierto en Estados Unidos. Según un artículo de St. Petersburg Times, esa noche se produjo un altercado entre 200 jóvenes y oficiales de la policía, que terminó en la suspensión del recital, luego de apenas 4 canciones. Esa noche, Keith Richards despertó en su habitación de hotel, con un poderoso riff y la frase Can't get no satisfaction, en su cabeza.
La guardó en su grabadora, y la llevó a su siguiente sesión de estudio de donde salió una emblemática canción de "algo improvisado"
Lo que inspiró a Eddie Wedder para escribirla fue una historia que apareció en todos los periódicos. En 1991 un joven estadounidense de 16 años, llamado Jeremy Wade Delle, se suicidó delante de todos sus compañeros de clase. La canción habla de un chico tímido del que se suelen burlar, y de la soledad. El videoclip de 'Jeremy' levantó polémica ya que, para muchos, era demasiado macabro.
El 8 de junio de 1981 un joven de 16 años llegó tarde a clase y la profesora lo envió por una autorización para poder entrar al salón. A las 9:45 el estudiante regresó con algo más que un permiso. “Ya tengo lo que realmente buscaba”, le dijo a su maestra y se disparó en la boca con una Magnum calibre .357. Su nombre era Jeremy Wade Delle, y su historia inspiró este éxito de la banda estadounidense Pearl Jam. La canción habla de un joven tímido y retraído, de desinterés por parte de los padres, burlas de sus compañeros, soledad... . Y aunque la canción levantó algunas cejas por la macabra inspiración, lo realmente polémico fue el videoclip de este tema fue retocado porque, según la MTV, parecía que el chico disparaba contra los estudiante. Hacia el final se ve a ‘Jeremy’ entrando al salón de clase y aunque se intuye el disparo en ningún momento se ve al actor disparando. Sin embargo, el siguiente plano muestra a los demás alumnos cubiertos de sangre. Todo esto provocó una polémica cuyo resultado fue que la banda se negara a grabar ningún vídeo hasta 1998.
Portador de una de las guitarras legendarias del rock. En este caso se trata de una canción a la que se le ha atribuido un simple viaje con LSD, sin embargo, Hendrix se inspiró en una historia real, de la cual leyó la noticia en un periódico. La nota era acerca de una camarera obsesionada con un cliente al cual le puso LSD en su café sin que éste supiera, luego lo llevó a su apartamento y lo mantuvo cautivo durante días. Ahora el "Help me!" tiene mucho mayor sentido ¿no?
Joplin escribió "Mercedes Benz", junto con el poeta Michael McClure y Bob Neuwirth, con la idea de hacer una critica social acerca de cómo las personas relacionan la felicidad con el dinero y todo lo material. La grandiosa Janis Joplin se unió al "club de los 27" solo tres días después de grabar esta canción "Acapulco", como ella decía en broma para referirse a cantar a capella.
La canción fue escrita originalmente como un comentario negativo sobre las personas materialistas y que viven de apariencias a las que le dan demasiado valor a elementos como, por ejemplo, un Mercedes-Benz. La canción refleja la visión critica que tenía Joplin sobre este mundo materialista.
Ya se intuía que el gran actor Anthony Hopkins debía tener una especial sensibilidad para la música, o al menos eso me pareció cuando le veía saborear, una a una, las notas de las "Variaciones Goldberg" mientras brutalmente se libraba de sus guardias en "El silencio de los corderos". Ahora tenemos la confirmación de que no es precisamente Anthony Hopkins un hombre de silencios, por mucho que pudiera parecerlo en "Lo que queda del día". Resulta que con tan sólo 19 años escribió un delicioso vals titulado "The waltz goes on" (El vals debe continuar), una pieza que durante décadas nunca pasó del pentagrama y la única sala de conciertos en la que habían resonado sus notas era en el pensamiento de este genial actor y recién descubierto compositor. Gracias por el regalo Mr. Hopkins, la degustaremos con un buen Chianti...
No hace mucho tuvo la oportunidad de proponerle a Andre Rieu, con quien posa en la foto, que revisara la partitura por si la consideraba merecedora de incluirla en su repertorio. El propio Rieu confirma que recibe cientos de peticiones como esta a las que no puede prestar la debida atención, pero que cuando reparó en quien era el compositor de aquella pieza, no pudo evitar la curiosidad de ver que había garabateado sobre el pentagrama el bueno de "Hannibal Lecter", encontrándose para su sorpresa una pieza rebosante de luminosidad y glamour al más puro estilo vienés. Decidido a incluirla en su repertorio hizo los oportunos ajustes e invitó a Hopkins a la gala de presentación, acto en el cual, más de cincuenta años después, dejaría de escuchar la música solo en su cabeza para poder compartirla con todos nosotros.